El tabaco es el factor más importante en la etiología de la enfermedad periodontal después de la placa bacteriana.
El consumo de tabaco y alcohol excesivo son factores de riesgo para las enfermedades periodontales. Para ello, la evaluación exhaustiva del consumo del tabaco y alcohol como parte del examen periodontal es fundamental para un diagnóstico adecuado y el desarrollo de un plan de tratamiento idóneo. El éxito de la terapia periodontal depende en gran medida de la identificación adecuada y de la modificación de estos dos factores que contribuyen a un agravamiento de la enfermedad. Por eso somos los dentistas e higienistas quienes tenemos que velar por la salud de nuestros pacientes tanto ofreciéndoles un tratamiento bien calificado como ayudándolos a abandonar malos hábitos.
El tabaco es el factor de riesgo más importante para la evolución de la enfermedad periodontal. Los pacientes fumadores tienen un riesgo 2.5 veces superior de enfermedad periodontal en comparación con los no fumadores.
El número de cigarrillos estar relacionado directamente con el grado de severidad de periodontitis.
El tabaco quizás sea el factor ambiental más importante asociado a periodontitis.
Riesgo de periodontitis 2.5 veces mayor al no fumador.
El tabaquismo es un hábito o factor de riesgo para la periodontitis que es modificable.
Es más frecuente sufrir de enfermedad periodontal si eres fumador. El tabaco no causa directamente la enfermedad pero la agrava significativamente.
Los pacientes fumadores también responden peor al tratamiento de las encías teniendo una mayor probabilidad de recidiva de la periodontitis y mayores posibilidades de infección subgingival.
Periodontitis asociada al tabaco
- Inicio de la enfermedad temprano (20-30 años).
- Progresión de la enfermedad rápido.
- Mínima reducción de las bolsas tras el raspaje.
- Reaparición de bolsas después de un año de tratamiento quirúrgico.
- Resistencia al tratamiento convencional.
- Clínicamente la encía tiende a ser más fibrótica y cianótica con empeoramiento de los márgenes.
- Mínimo enrojecimiento o edema gingival.
- Pérdida de inserción seria y avanzada.
- Bolsas palatinas.
- Recesión gingival generalizada (sobretodo en segmentos anteriores y palatinos).
- No existe relación entre el estado periodontal y el nivel de placa o cálculo.
Tabaco y enfermedad periodontal
Mecanismos por los que el tabaco agrava la enfermedad periodontal:
- Vasoconstricción periférica de la nicotina en microcirculación.
- Depresión de los mecanismos de defensa; quimiotactismo de los polimorfonucleados.
- Anaerobiosis: modificación de la microflora oral.
- Efectos citotóxicos sobre fibroblastos.
- Liberación enzimas que destruyen el periodonto.
- Aumento de la prevalencia de fumadores en afectados de GUNA.
- Efecto vasoconstrictor de la nicotina: isquemia-necrosis de la papilla interdental y cuello.
- Tejido necrótico, medio ideal para la invasión y crecimiento de anaerobios.
- Disminución del potencial Oxido-Reducción que favorece el crecimiento de anaerobios.
- Podemos observar mayor profundidad de sondaje, mayor destrucción de hueso alveolar y mayor pérdida de dientes de un paciente fumador respecto a un no fumador.
La importancia de dejar el hábito de fumar
Su adicción propicia una respuesta menos favorable hacia el mantenimiento periodontal respecto a los no fumadores. El consumo de tabaco es el causante del 90% de las periodontitis refractarias, por lo que una respuesta disminuida al tratamiento puede incrementar la necesidad de retratamiento y la susceptibilidad a la recurrencia.
De todos los profesionales de la salud, los dentistas son, sin duda, los que tienen la mayor oportunidad de fomentar e influir en los deseos del paciente para dejar el hábito. En primer lugar, para tratar la enfermedad periodontal en sí. La presencia de bolsas periodontales, movilidad dental, supuración y otros problemas confieren al odontólogo la oportunidad única de conectar con el paciente y su hábito de forma directa en una enfermedad que ya está asentada y que presenta signos visibles. En segundo lugar, las visitas del paciente a la consulta son o deberían ser más frecuentes que las de cualquier otro especialista en el campo de la medicina. Y, en tercer lugar, los odontólogos consiguen, a través del trato con el paciente, una mayor confianza y respeto por parte del mismo, y sus opiniones y recomendaciones son más valoradas.